jueves, 6 de marzo de 2008

LOS TANGOS RADICALES, por RICARDO OSTUNI


Tango dedicado al Dr. Horacio Oyhanarte































LOS TANGOS RADICALES

por Ricardo Ostuni
de la Academia Porteña del Lunfardo



(Este valioso trabajo se publica con la expresa y generosa autorización del correligionario Don Ricardo Ostuni, a quien agradecemos su invalorable aporte)


La historia del radicalismo es parte medular de la historia política del país a partir de 1890. El 1º de septiembre de 1889 la juventud independiente lanzó una convocatoria para proclamar, en el Jardín de la Florida (en terrenos que hoy ocupa el Círculo Naval) la resolución de hacer realidad el ejercicio de los derechos políticos y el despertar a la vida cívica nacional. La crisis económica, financiera y sobre todo moral que se abatía sobre la República, movilizó a hombres como Leandro Além, Aristóbulo del Valle, Bernardo de Irigoyen, Bartolomé Mitre, Fidel López y muchos otros, en la denuncia del proceso de descomposición del régimen gobernante. También el vice presidente Carlos Pellegini, le escribía a su amigo Miguel Cané que se encontraba en Europa, señalándole los riesgos de la quiebra moral y material del país.


“Habrás extrañado mi silencio –le dice en carta fechada el 22 de junio de 1890, es decir cuatro días antes de que estallara la revolución- pero pienso que esta carta sería leída treinta o cuarenta días de escrita, no sé que decir que el día siguiente no desmienta. La situación aquí no es sólo difícil y dolorosa, es sobre todo oscura; hay una tormenta en la atmósfera que nadie sabe cómo ni donde se descargará...Yo me estoy haciendo pedazos por mantener esto de pie, metiéndome a redentor y corriendo el riesgo de conseguir el premio de los redentores....Me estoy cansando y uno de estos días me voy a la estancia y que salga el sol por Antequera”


La revolución del 90, si bien no triunfó en el fragor de la contienda, logró la renuncia de Juarez Celman y la asunción de Carlos Pellegrini como Presidente de la Nación. Pero lo más importante de ese proceso revolucionario fue, sin duda, la gestación de un movimiento nacional que más que una fuerza política, fue una fuerza moral; ella dió impulso a los nuevos tiempos y al nuevo partido político que hizo de la ética una religión cívica: la Unión Cívica Radical.


En esos agitados días el tango sonaba aún tímidamente aunque sus compases ya estuvieran anotados en los visibles e invisibles pentagramas de Buenos Aires, como habría de decir -muchos años después, ese alto poeta que se llamó Fernardo Guibert.


El tango acompañó desde su gestación un tiempo de plurales transformaciones políticas, sociales, culturales y urbanísticas de la ciudad. Buenos Aires abandonaba sus aires coloniales, mientras el pueblo despertaba a la conciencia de una impronta nacional movilizada por los grupos tradicionalistas que exhibían en sus manifestaciones del canto popular, la voluntad de ser y de expresarse. Era la respuesta de las clases bajas ante un estado de marginación humillante -con pérdida de su cultura y de sus costumbres- al que lo sometía el régimen gobernante. Hay una abundante bibliografía que ayuda a entender todo este complicado proceso político-social tan íntimamente ligado a la gestación del tango.(1) De esas moralizadoras luchas políticas, de esos sueños por construir un país mejor y de la redención popular, se nutrió el movimiento que habría de dar al país el primer gran caudillo de nuestro siglo: Hipólito Yrigoyen.


Yrigoyen delineó su perfil de manera monolítica, levantando la bandera de la intransigencia contra todo lo que representaba el régimen gobernante con ausencia de la voluntad del pueblo y apartado de los grandes destinos nacionales. La intransigencia fue la esencia de su lucha. Nada consiguió torcerlo de su camino. Fue el primer gran revolucionario de la causa popular y nacional. Paradojicamente los alzamientos militares que encabezó fracasaron y sin embargo dieron su fruto: en 1912 Roque Saenz Peña se vió obligado a enviar la Congreso la ley del voto secreto, universal y obligatorio, que era la herramienta indispensable para derrotar al régimen en sus propias urnas.


Las primeras elecciones presidenciales bajo esta ley, fueron el 2 de abril de 1916. El triunfo de Yrigoyen se presentía. (Borges así lo dice en su Fundación mítica de Buenos Aires). Jorge Larroca, minucioso historiador de un retazo de la vida porteña (y entrañable y recordado amigo de la Peña de la Amistad que capitanea Miguel Unamuno), recogió estos recuerdos de Elías Cárpena.(2)


Se había organizado una reunión política en un Comité de Floresta Sur a la que asistiría Yrigoyen. Don Elías era apenas un adolescente. El comité albergaba, esa noche, una gran concurrencia no sólo por la visita del caudillo, sino por la presencia del gran payador Gabino Ezeiza. “Gabino -cuenta don Elías- era un señor de mucha fineza. Vestía de negro y se destacaba la camisa de plancha con su blancura de armiño. Mientras el secretario del payador iba por las mesas haciendo suscriptores voluntarios para la revista PBT (única retribución que aceptaba) él extrajo la guitarra del estuche, ensayó unos sonidos por el temple, punteó una alegra y cantó una improvisación a la noche de primavera que allí se estaba gozando a plena naturaleza. Dijo del perfume del canto que le traía la brisa nocturna y le cantó a la luna que se mostraba en su cielo, dorada por el reverbero de las estrellas”. Luego -sigue narrando Cárpena- solicitó temas para sus creaciones y yo que había ido preparado le entregué una décima que finalizaba asi:


Vaya hablando el ruiseñor
verso a verso lo mas fino
y a su decir cristalino
cielos y santos lo apoyen
para cantarle al divino
don Hipólito Yrigoyen.

Gabino preludió de nuevo en su guitarra y al compás de un vals improvisó:
Aquí me escribe un poeta
con letra clara y finita
una décima entrañable
que hasta en mi sangre palpita

Usted me canta escribiendo
y yo le escribo cantando,
usted me propone el tema
yo lo voy desarrollando.

Usted me propone un tema
que yo le cante a Yrigoyen
ese es mi tema querido
el que siempre a mi me oyen.

Yo que lo conozco tanto
digo que a su sentimiento
lo acompaña la honradez
la probidad y el talento,.

Que es un ser extraordinario
voy a empezar por decirle,
que cuando sea Presidente
glorias habrá que rendirle.

De la talla de Sarmiento,
de Mitre, de Avellaneda
yo digo que entre los próceres
es el prócer que nos queda.

Ya tendrá el pueblo argentino
en su augusta Presidencia
hombre probo, hombre digno,
el bien y la inteligencia.

Esa inolvidable noche, que quedó grabada en la memoria de don Elías Cárpena, tuvo la ausencia de Yrigoyen, siempre remiso a las exhibiciones en público, parco en la palabra aunque aguerrido en la acción. Pero en el corazón de la multitud ya se iba abriendo cancha la figura del hombre insobornable que habría de regir los destinos del país.


Precisamente un tango milonga de Juan F. Noli (autor entre otros temas de Tierra negra, Hoy ya no es posible, Pan nuestro, San Benito de Palermo, etc) dejó testimonio de ese sentir popular. Su título era Abran cancha y fue dedicado a dos conspicuos dirigentes radicales: Pedro Bidegain y Alberto Pouliton. Bidegain fue Diputado Nacional y Presidente de San Lorenzo de Almagro; un reciente libro biográfico del Ing. Bernal atestigua sus virtudes y su hombría de bien. La portada de la partitura, editada por Guillermo Nejman, muestra el sillón presidencial donde descansa el bastón de mando, mientras un “boina blanca” se apresta a llegar hasta él, postergando a “un galerita conservador” y a un émulo de de la Torre.


*
Con toda seguridad uno de los primeros tangos en llevar el título de Unión Cívica Radical fue el que compusiera Carlos Leitner (tango criollo para piano) editado por la Imprenta Musical Ortelli Hnos. Este tango concursó en Montevideo en enero de 1912, donde obtuvo un premio, lauro que repitió en otro certamen organizado en Buenos Aires por el Dr. Piñeiro. El tema fue dedicado a los dirigentes de la UCR en general y al Dr. Hipólito Yrigoyen de modo particular.


He de aclarar que no incluyo en este trabajo el famoso (y bellísimo) tango de Domingo Santa Cruz titulado Unión Cívica, porque fue compuesto en homenaje a la Unión Cívica acuerdista. Recuérdense las palabras de Alem publicadas en el periódico El Obrero del 27 de junio de 1891: ”La clase de los grandes hacendados, los millonarios grandes propietarios de la tierra, los rastaqueros, están sintiendo que su posición se esta ya derrumbando...Desgraciadamente la pequeña burguesía cerrando los ojos ante el peligro, nunca se da cuenta de la verdad de las cosas y por eso sale siempre fumada. Así la Unión Cívica se dejó fumar por los rastaqueros, los grandes hacendados, que se introdujeron en ese club político y supieron hacer proclamar a su jefe, el general Mitre, candidato de la Unión Cívica, que pretendía ser partido de principio, cayó como un niño inocente en la trampa. Naturalmente Mitre, que nunca ha conocido otro móvil de sus maniobras que los intereses del bolsillo de los miembros de su clase, móvil que él y sus aliados llaman patriotismo, por puro “patriotismo” se unió con Roca y le aplicó a la pequeña burguesía de la Unión Cívica, la patada que por inocente merecía que le diesen...Mitre traicionó la Unión Cívica y no podía suceder otra cosa...


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Años más tarde Roque B. Ludueña autor, entre otros, de los tangos Barrio Firpo, Tinterito, Admirador y del vals Viaje a Despeñadero, compuso un tango milonga que también tituló Unión Cívica Radical, dedicado ”a los señores Dr. Enrique Martinez, Ing. Agustín J. Villarroel y al Sr. José María Martínez con motivo de su triunfo” en las elecciones de 1928. El Dr. Enrique Martínez fue el vicepresidente de Yrigoyen en los comicios de 1928 por fallecimiento del Dr. Francisco Beiró y quién le entregó el poder a los sublevados de 1930. Martínez siempre fue sospechado de connivencia con los sediciosos: No puede escapársele la gravedad de las acusaciones que flotan en el ambiente y que yo desearía que fuesen inexactas...La opinión pública cree que usted no ha sido leal ni con la Patria, ni con la U.C.Radical, ni con el Presidente de la República ni con el cargo que usted desempeñaba..(Horacio Oyhanarte.Manifiesto del 1º de diciembre de 1930)


Homero Manzi en su exposición titulada Tablas de Sangre en el Radicalismo, expresó el 16 de diciembre de 1947, por Radio Belgrano: “El radicalismo cayó del gobierno por obra del 6 de setiembre, operación material que remató un proceso de agitación promovido por todas las fuerzas antirradicales y antirrevolucionarias del país, encabezadas por los radicales apóstatas que habían abandonado a Yrigoyen y al pueblo de Yrigoyen”. Para comprender las múltiples fuerzas ocultas que se conjuraron para el derrocamiento de Yrigoyen, es de imprescindible lectura el citado manifiesto que diera a publicidad Horacio Oyhanarte junto con otros escritos recogidos por el ex canciller en su libro Por la Patria desde el exilio digo. (Ver Horacio Oyhanarte y el golpe militar de 1930 por Miguel Unamuno-Centro Editor de América Latina )


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El gran Juan Maglio, apodado Pacho por derivación del apodo familiar de patzo (loco), compuso con letra de José Fernández un tango canción que tituló Viejo púa. En la edición de la Editorial Héctor N. Pirovano, lleva esta extensa dedicatoria: “Al más grande de los argentinos: al más nacionalista: al más noble e íntegro de los radicales, el verdadero Hombre, que supo mantener con su clara visión y confianza de si mismo, el lugar más alto que no alcanzará nadie en los sentimientos soberanos de nuestra querida patria, Dr. Hipólito Yrigoyen” Tal era la devoción que inspiraba Yrigoyen que hizo de la política, como ya dije, una religión cívica (de ahí el calificativo de correligionarios que se dio a sus seguidores) y logró un liderazgo sobre las masas, sólo igualado por Juan Perón, pero a diferencia de éste, sin ningún aparato de promoción ni concentraciones obligadas. Yrigoyen, el austero silencioso como lo llamara Pedro Mario Degregori, era de formación krausista; el krausismo, fue un movimiento doctrinario y cultural fundado por el filósofo alemán Karl Krausse, que se sostenía en fundamentos éticos, de justicia y de reparación, lo que lo convertía en una fuerza verdaderamente reformista. Yrigoyen, antes que una ideología, fue una ética nacional.


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En el repertorio de Pacho encontramos también un tango de Luciano Rios titulado El Radical. Pacho lo grabó con su primitiva orquesta de la Guardia Vieja. Luciano Rios integró junto con Gabino Navas, el cieguito Azpiazu y el Pardo Canaveri, uno de los más antiguos conjuntos de violas del tango. Fue amigo entrañable de Maglio con quien colaboró durante más de 30 años y de modo especial en las grabaciones del cuarteto entre 1912 y 1915. También Angélica Martegani compuso otro tango titulado El Radical como el de Rios dedicado a la juventud del partido..

Otro de los muchos tangos que le fueron dedicados a Yrigoyen, lleva las firmas de Salvador V. Yorio y Manuel C. Romero. Su título es Viejo Bueno. Lo publicó la Editorial Saraceno con esta dedicatoria: “Al insigne ciudadano Dr. Hipólito Yrigoyen, los autores”. La misma editorial publicó un tango canción para canto y piano con música del maestro Carmelo De Stefano, titulado 12 de Octubre. La partitura lleva estas palabras: Al Excelentísimo Señor Presidente de la República Argentina Doctor Hipólito Irigoyen (sic) con sincera estimación y respeto dedica El Autor. El tema fue escrito con motivo de la asunción de su segunda presidencia. No figura mención del autor de la letra, en cuyos versos dice:

Hipólito Yrigoyen por fin has ascendido
Donde el pueblo todo con ansias lo anheló
Porque fuiste muy bueno, honrado y bienquerido
Salvando con tus actos a toda la Nación
Y fue un doce de octubre cuando el gran estadista
Asumía ante la vista de toda la población
El sillón de Rivadavia vuelve a ocupar nuevamente
Ante el grito estridente de viva nuestra Nación.

Cabe anotar aún otro tango dedicado al gran caudillo. Fue compuesto por Ventura Ojeda y titulado Quejas gauchas, cuya letra dice en uno de sus pasajes:

Aquí al criollo han libertado
Plantando aquí el modernismo
Después que con heroísmo
Este suelo ha libertado
Que canejo se han pensado
Los que al gaucho no lo apoyan
Los memos que n
Gobierno no oyen
Las quejas del criollismo
El único criollo lindo
Es Hipólito Yrigoyen

La fórmula Yrigoyen-Luna que ganó los comicios de 1916, también tuvo su tango, titulado, precisamente, con el nombre de ambos candidatos. Su autor fue el pianista Julio V. Leone. Lo editó la Imprenta Musical Ortelli Hnos con esta dedicatoria: “A los doctores Hipólito Irigoyen (sic) y Pelagio Luna, Presidente y Vice de la República Argentina” Caben acotarse dos tangos de un compositor santafecino, Dermidio Guastavino,: uno titulado Don Hipólito en obvia referencia al caudillo y otro llamado El taita caballareito, dedicado al Dr. Ricardo Caballero vice gobernador de la provincia de Santa Fé quien precisamente decidió, con el apoyo de sus electores, el triunfo de Yrigoyen en 1916.

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La epopeya del Parque (el Parque de Artillería, epicentro de la revolución del 90, asentado en la actual Plaza Lavalle) fue inmortalizada por un viejo tango: El Parque. La autoría pertenece a Pedro Datta, creador de aquel perdurable vals llamado El aeroplano (que supo llevar letra del payador Pancho Cueva -Francisco Bianco-) y a cuyo influjo bailaron las abuelas en los patios golosamente emparrados.


De esos días se conservan muchas anécdotas. Una de las menos conocidas tiene como protagonista al gran payaso Frank Brown. “La revolución había movilizado a sus hombres armados. Frank Brown se hizo esta pregunta: ¿puede servir para algo un payaso cuando la ciudad está alarmada y suenan tiros? La tarde del segundo dia de la revolución va Brown al Hospital de Crónicos donde curan y mueren los heridos en los tiroteos del Parque. Y hace ante aquellos hombres del dolor su mueca, su sátira, su salto, su proeza. Tres años después, otra revolución (radical) recorría los campos de la provincia de Buenos Aires. En Temperley de acuerdo con plan de la insurrección, un grupo de jóvenes porteños capitaneados por Marcelo de Alvear había tomado con el apoyo de sus rifles la estación del ferrocarril. ..Una tarde llegó hasta el campamento revolucionario el payaso Frank Brown: repartió cigarrillo entre los paisanos armados y expuso su gracia de volatinero...(Dardo Cúneo - Frank Brown - Ed. Nova 1944)


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Francisco García Jimenez y Anselmo Aieta compusideron el único tango antiyrigoyenista que se conoce: Viva la patria. Lo grabó Gardel el 25 de septiembre de 1930 y es, sin lugar a dudas, un tango oportunista, en el que sus autores no supieron medir las graves consecuencias institucionales que el golpe militar traería al país. Don Paco dijo alguna vez que Aieta lo instó de manera incansable para que hiciera la letra, pero ni aún así es entendible su autoría. García Jimenez fue discípulo de aquel maestro casi libertario que se llamó Julio R. Barcos, precursor de nuestro sindicalismo docente y uno de los más notables ensayistas de su tiempo en temas vinculados a la educación. Pero lo cierto es que el socialismo en todas sus ramas, contribuyó a armar el motín setembrino. Pudo ser un acto de ingenuidad política y no este es lugar para su análisis.


Años después, García Jimenez se reivindicó componiendo con Oscar Arona un tango titulado Barba Blanca, que editó la Editorial Julio Korn. Fué estrenado con gran suceso en el Café Pavón por la orquesta de Arona. En la partitura lleva esta dedicatoria: “Dedico con admiración y respeto al inolvidable apóstol, tribuno y leader de la Unión Cívica Radical, D. Leandro N. Alem, el viejo noble de la barba blanca, el nombre querido por varias generaciones que perdurará su nombre eternamente en los corazones argentinos”


Otro tango dedicado a Além, fue el titulado Don Leandro, tango radical para piano por Rafael Rossi, que el autor dedicara al Partido Radical de Mercedes (Bs.As.) y al distinguido señor Pedro E. Icharramonho. Rossi era oriundo de Mercedes donde había nacido el 30 de diciembre de 1896; su tango Don Leandro es de 1916, precisamente el año en que Hipólito Yrigoyen asumió por primera vez la Presidencia de la Nación.

Existe otro tango dedicado a Leandro Alem después de su trágico suicidio ocurrido el 1 de julio de 1896 Lleva por título su nombre y apellido y en parte de la letra dice:

Viejo profeta de la barba blanca
te alzaste con el ánimo seguro
como un roble llevado en la barranca
donde se abate el corretaje impuro
El brazo de su acción fue la palanca
que hizo torrente del mezquino arroyo
en tu Revolución punto de apoyo
de todas las palancas del futuro.

En 1949 Sebastián Piana y Homero Manzi compusieron para la película El último payador que Manzi co-dirigiera con Ralph Papier y en la que actuaran Hugo del Carril, Aía Luz y Gregorio Cicarrelli, entre otros, la milonga Leandro Alem, en una de cuyos pasajes dice:

Al ilustre ciudadano
De preclaro patriotismo
Que consagrado al civismo
Supo luchar por el bien
Y que dejó vinculado
Su nombre en honrosa historia
Es digno de la memoria
El Doctor Leandro N. Alem.

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La boina blanca es emblema radical desde los dias del 90. Fusiles y gorras se repartían a los revolucionarios del Parque de Artillería en aquella entusiasta gesta que tuvo en el general Levalle a uno de sus jefes mas aguerridos. Todavía hoy se suelen ver algunas boinas en cabeza de viejos radicales que llevan con orgullo la testa doblemente cana. Boina blanca fue otro de los tantos tangos dedicados al jefe del Partido Radical Dr. Hipólito Yrigoyen. De su autor, Raimundo Cartier no tengo referencias; la partitura fue editada por David Poggi e hijo.


Mucho se ha discutido sobre el doctorado de Hipólito Yrigoyen.(3) Todavía hay quienes descreen de su título universitario y quienes dicen que sólo se trató de una distinción honorífica. En el folio 55 del libro de matrículas de 4º año de Jurisprudencia de 1877, figura la siguiente inscripción: nº 68, Hipólito Yrigoyen, 22 años, de Buenos Aires, domiciliado Cangallo 1069. Derecho Civil, Constitucional, Canónico y Económico. En aquellos años para obtener el grado de doctor se precisaba, después de aprobar los cuatro cursos mencionados, la presentación de una tesis. Yrigoyen había preparado su tema sobre el Federalismo Argentino pero no lo pudo presentar porque hubo de tomar a su cargo el estudio profesional de su tio, el Dr. Alem quien se había lanzado de lleno a la lucha política. Fueron condiscípulos de Yrigoyen en la Facultad de Derecho Marcelino Ugarte, Julio Botet, Mariano Paunero, Manuel Gonnet, Rodolfo Rivarola, Alberto Blancas y otras brillantes personalidades argentinas.


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La fracasada revolución del 4 de febrero de 1905 consagró a Yrigoyen como jefe indiscutido de la Unión Cívica Radical. Fue un movimiento de reparación nacional destinado a terminar con las conculcaciones políticas y sociales del régimen liberal de entonces.
La gesta de 1905 fue recordada en un tango para piano escrito por Domingo Pizarro con el título de 4 de febrero. Fue editado por Romero y Agromayor y en la partitura dice: Al intrépido Jefe del Partido Radical Dr. Hipólito Irigoyen (sic)” Muchos fueron los oficiales detenidos y trasladado al penal de Ushuaia por esta fracasada intentona. Yrigoyen vendió una de sus estancias para solventar los gastos de las familias mientras sus jefes permanecieran presos. El indulto llegó en junio de 1906 mediante la ley 4939 que promulgara Figueroa Alcorta sucesor presidencial a la muerte de Manuel Quintana. El regreso de los indultados en el vapor Chaco fue testimoniado con una tarjeta postal rubricada con ocho firmas. Una de ellas sobre el borde inferior, dice con toda claridad “C. Gardel” Esta circunstancia dió pie a la conjetura de que Gardel habría estado preso en el penal de Ushuaia.


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Es sabido que los sainetes fueron motivo para la creación y estreno de muchos famosos tangos. En el teatro Liceo se estrenó por 1928 la obra titulada “Aura cuando suba el viejo” para el cual Luis de Biase y Carlos Percuoco compusideron el tango Don Hipólito. Percuoco fue por los años 30 un compositor de éxito. Su tango Piedad logró el primer premio en el Concurso Glucksmann de 1929. Compuso además El mal que me hiciste, Campanita de la iglesia, Elogios y otros. Don Hipólito fue dedicado al Dr. Eduardo F. Giufra, afectuosamente y dice en parte de su letra:


Hay un hombre que es del pueblo
que ha surgido desde el llano
que es orgullo de este pueblo
de progreso y libertad

Es el alma de las masas
es la idea que sin tacha
conquistara con pureza
su prestigio singular.


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Pascual Clausi (hermano mayor de Gabriel “Chula” Clausi) compuso hacia 1927 un tango que fue todo un suceso: El pueblo te reclama en obvia alusión a la candidatura de Hipólito Yrigoyen para el período 1928-1934. El tango permaneció en el olvido durante muchos años, hasta que en 1957 la Editorial Musical América lo reeditó. La partitura contiene estas palabras: La Editorial Musical América siempre a la vanguardia de nuestra música popular, reedita esta obra que está dedicada al preclaro hombre de nuestra ciudadanía, Dr. Hipólito Yrigoyen.


Otra de las obras inspirada por los comicios de 1928, fue Reelección 1928-1934, Tango de Salón de Pedro Mario Maffia según reza la partirua que ostenta la figura del gran caudillo y esta dedicatoria: Al Exmo Señor Doctor Don Hipólito Yrigoyen futuro presidente de la Nación Argentina con mi mayor respeto y admiración. Fue editado por Juan E. Rivarola.


También la llamada fórmula antipersonalista tuvo su tango para las elecciones de 1928. Vicente De Cicco y Felix Duc compusieron para el binomio Melo-Gallo el tango homónimo cuya partitura, sin pié de editorial, presenta la fotografía de ambos candidatos bajo esta dedicatoria: A los Excelentisimos señores Doctores Leopoldo Melo y Vicente Gallo futuros Presidente y Vice de la República Argentina con mi mayor admiración y respeto-El autor. La letra de corte panegirista, dice en parte de su estribillo:

Melo-Gallo
Aclaman al pasar
Melo-Gallo
Repiten sin cesar
Una fija se corren esta vez
no hay quien dude
que de ellos ha de ser.
Melo Gallo
No tienen ya rival
a la silla
en Abril han de llegar

Las elecciones de 1928 fueron ganadas ampliamente por el yrigoyenismo en todo el país. Sin embargo en algunas provincias, como en Córdoba, la disputa preelectoral fue ardua. El Partido Demócrata planeó su estrategia apelando al sentimiento localista frente al arribo de delegaciones yrigoyenistas de la provincia de Buenos Aires que llegaban para colaborar con la tarea proselitista. Con tal motivo lanzó una campaña publicitaria en “contra de esos invasores”: “Todos los hijos de Córdoba deben rechazar la invasión personalista que nos manda Buenos Aires. Es un ataque a la autonomía y a la dignidad de la provincia; es un vejamen para sus habitantes” (El País 8 de febrero 1928) De esa contienda quedó como testimonio el tango para piano de Pedro A. Barbieri, titulado Fierro a fierro. Fue editado por Jose Schnaider y lleva esta dedicatoria: “Afectuosamente a los prestigiosos amigos el doctor José Antonio Ceballos (candidato a la Vice Gobernación); a los “invasores” Emilio Grandinetti y Pancho Grande Novoa, caballeros cruzados del Irigoyenismo (sic); y a Alberto Barreira con motivo de la campaña electoral de Córdoba que ha de culminar con el triunfo el 11 de marzo de 1928”.


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La inmensa mayoría de los tangos radicales fueron compuestos en honor de don Hipólito. Anselmo Aieta con letra de Roberto Torres, compuso el tango Nuestro Hombre que editó Editorial Musical Alfredo Perroti con esta leyenda: 1928-Dr.Hipólito Yrigoyen-1934. La letra, henchida de pasión triunfadora, dice en uno de sus pasajes:


Yo sé
que al fin va a llegar
de nuevo a gobernar
lleno de fé y de pasión

Por vos
la vida yo he de dar
y siempre he de gritar
Yrigoyen triunfador.

Después, como ya vimos, don Anselmo aprovechó la oportunidad para sumarse al festín de los facciosos con su tango Viva la patria.
Don Hipólito de Dermidio Guastavino y El taita caballareito, dedicado al Dr. Ricardo Caballero vice gobernador de la provincia de Santa Fé.

La editorial Alfredo Perroti publicó también otro tango con letra y música de Alfredo Gobbi padre y que grabara Francisco Canaro en sello Nacional con la voz del duo Ruiz- Acuña y coro y cuyo título es por demás elocuente: Otra vez el viejo. En la dedicatoria se expresa: En homenaje al Partido Radical y a su ilustre jefe y futuro Presidente Dr. Hipólito Yrigoyen. Parte de la letra dice:


Para los hombres de gran prestigio
es Yrigoyen la idea genial
es el baluarte que aclama el pueblo
para que ocupe la presidencial.

Porta estandarte de su partido
es Don Hipólito el as radical
el soberano lo ha decidido
y ha de llevarlo al pedestal

La cantidad de composiciones dedicadas a Yrigoyen da una idea de la pasión popular que despertó el gran caudillo. A los temas mencionados en este trabajo, han de agregarse muchos otros que mi fatiga y mi ignorancia no me han permitido incluir. No quiero olvidar el tango criollo compuesto por Bernero Procaccio titulado Miralo a don Hipólito (Proccacio fue un prolífico autor de valses que tuvieron señalado suceso: Cerca del bien amado (Lola), Carolina, Matilde, Delicia primaveral y de un par de tangos que los memoriosos recuerdan: Sencillo pero afinao y Cupido.) Pero indudablemente el tango yrigoyenista por antonomasia lo compuso, letra y música, Enrique P. Maroni y lo llevó al disco en memorable grabación don Ignacio Corsini. Se titula simplemente Hipólito Yrigoyen. Lo editó Alfredo Perroti y el autor lo dedicó, muy respetuosamente al homenajeado.

Algunos estudiosos señalan que este tango debió ser grabarlo por Gardel quien no lo hizo por encontrarse de gira, razón por la cual Maroni se lo dió a Corsini. Es posible que así fuera, pero bueno es apuntar que don Ignacio fue un conspicuo yrigoyenista, hombre de las lides radicales a quien aún recuerdo luego del famoso mitin de la Plaza Constitución en 1951, llegándose hasta la seccional de policía -bastón en ristre- para exigir la libertad de algunos muchachos detenidos. Me consta personalmente la anécdota.

La letra es muy conocida y dice así:

Yrigoyen presidente
la Argentina te reclama
la voz del pueblo te llama
y no te puedes negar;
él necesita tu amparo
criollo mojón de quebracho
plantado siempre a lo macho
en el campo radical.

Mañana cuando en las urnas
suenen las dianas triunfales
y los votos radicales
las demás listas arrollen
eche a volar tu bandera
arriba los estandartes
que digan por todas partes
!Viva Hipólito Yrigoyen!

Finalmente quiero mencionar un tango de Enrique Maciel “dedicado al Dr., Maercelo T. De Alvear, Presidente de la Nación Argentina” titulado Bienvenido y otro tango que firma A. L. Fistolera Mallié con el título de El dolorido “dedicado a los radicales de la Provincia de Buenos Aires” luego de la anulación de los comicios de 1931.

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Fuera del tango hay varias marchas que recogieron la gesta triunfal de Yrigoyen. Una de ellas, que lleva el subtítulo de marcha triunfal 12 de octubre de 1928, es la que compusieron para canto y piano, Emilio L. Montbrun y Leontina B. Montbrun bajo el título de Hipólito Yrigoyen. La dedicatoria dice: Äl Exmo. Señor Presidente electo don Hipólito Yrigoyen en prueba de sincera admiración”

A luchar, a luchar
este es el grito que Yrigoyen da
A triunfar a triunfar
y venció el Partido Radical.

Coro

Viva Irigoyen (sic)
el pueblo asi te aclama
Viva Irigoyen
tu nombre es inmortal, inmortal.

***

En 1925, con el acompañamiento de las guitarras de Ricardo y Barbieri, Gardel grabó una versión aún inédita de la marcha Adelante, compuesta por Emilio Antonio Iribarne con versos del yrigoyenista José Constantino Barro, según la cita del historiador Luis Alen Lascano en la revista Todo Historia n* 137 de octubre de 1978. A su vez don Nicolás Lefcovich, en su muy documentado trabajo sobre la discografía de Carlos Gardel, cita la grabación de esta marcha pero adjudica la autoría de la letra a Jose César Barro con estos versos iniciales:

El clarín que vibrando está estridente
de la patria es el acongojado
que te llama joven soldado
a pelear valientemente.

Orlando del Greco por su parte (Carlos Gardel y los autores de sus canciones) echa alguna luz sobre el asunto. El autor de la letra de la marcha Adelante sería José Cesar Barros Montero, nacido el 8 de agosto de 1899 y fallecido el 30 de mayo de 1974, autor y agente artístico. Gardel le grabó la citada marcha y el tango Maldita visión que lleva música del violinista Manlio Francia.

***

La orquesta de Roberto Firpo popularizó la marcha Lealtad de Carlos M. Portela cuyos discos batieron records de venta. También por esos días de 1928 se cantó la marcha de Diego Cordero titulada La ola como parte de la campaña electoral.

Por último quiero citar la marcha Vanguardias Radicales que lleva letra y música de Miguel Cafre dedicada a la formula Presidencial Yrigoyen-Beiró 1928/1934. “A las tres grandes figuras del radicalismo: Dres. Leandro N. Alem., Hipólito Yrigoyen y Francisco Beiró con simpatía y admiración dedica el autor. Fue cantada por su autor y coreada por Vicente Padula, Roque Cafre, Marcelino Ferrari, Gustavo y Pedro Sudrot y los vanguardista de la 5a. Sección (la quinta de fierro). La editó Yadarola.

Las vanguardias radicales
que es la noble juventud
grita en lo alto sus afanes
de justicia y de virtud.

Adelante las vanguardias
adelante sin cesar
Viva Hipólito Yrigoyen
y el Partido Radical.

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El listado de tangos poco conocidos, se nutre de algunos títulos que responden a personajes o situaciones curiosas de la política radical. Citaré en primer término el tema que el compositor trenquelauquense Dino Addar La Gamma, titulo Don Felipe dedicado con admiración al intendente radical de Trenque Lauquen, don Felipe Arrastúa, que ejerció dicho cargo durante los períodos 1922/25 y 1928/29. La Gamma fue autor también de otro tango, al que calificó como catalanesco titulado El movimiento continuo y que dedicó a los empleados municipales por su premura en abandonar la sede comunal al término de sus tareas.

Udelino Toranzo, violinista, guitarrista y compositor, fue autor de un tango titulado Cantilo–Solanet que dedicara a José Luis Cantilo y Emilio Solanet, que fueron gobernador y vicegobernador, respectivamente, de la provincia de Buenos Aires entre 1922 y 1926. Entre otros celebrados títulos de Toranzo cabe citar Jueves (con Rafael Rossi), Sábado, Cloroformo (dedicado al Dr. Rogelio Liarte) y Matienzo, escrito en homenaje al pionero de nuestra aviación Benjamín Matienzo. Este tango lleva el subtítulo de Perdido en las cumbres.

Para el vicepresidente del Dr. Marcelo T. de Alvear, Elpidio González, figura relevante del radicalismo -si bien discutida por Horacio Oyhanarte por la actuación que le cupo en la revolución de 1930- Paz Hermoso (h) compuso -letra y música- el tango Elpidio. Felix Luna en su libro “Irigoyen, el templario de la libertad” retoma el juicio de Oyhanarte y escribe: el exámen objetivo de los hechos autoriza a presumir que consciente o inconscientemente, Elpidio González hizo el juego a la revolución antes y durante el estallido...". Elpidio González había sido Jefe de Policía durante los trágicos sucesos de enero de 1919.


Ernesto Zambonini, El Rengo, autor de La clavada y entre muchos otros tangos de Recuerdo de Zambonini, que escribiera en ocasión de su pelea con Roberto Firpo a quien marcó de un tajo en la barbilla, compuso también un gran tango milonguero que tituló Del Grosso”, Dedicado a los correligionarios del subcomité radical Coronel Martín D. Irigoyen, sección 5ª, a su digno presidente Rodolfo C. Del Grosso. Vale acotar que Roberto Firpo en respuesta a ambas agresiones, compuso su tango Mal Pegador


La Sección Electoral 5ª, barrio de Flores, era –y es aún- conocida entre los radicales como La 5ª. de fierro. Sin embargo, firmado por Pedro del Toro, existe un tango milonga, de 1914, llamado La 13 de Fierro que está dedicado al distinguido patriota y ciudadano Sr. S. Mieli. Mucho más acá en el tiempo, recién iniciada la presidencia del Dr. Arturo Frondizi en 1958, Adolfo Perez (Pocholo) compuso su tango U.C.R. Pocholo, cuyo nombre veradera era Adolfo Alejandro Perez Gutierrez, fue uno de los buenos bandoneonistas de la Guardia Vieja y autor, entre otros, del tango El Cirujano y del vals Critos del alma


Para cerrar esta reseña cabe la cita de un tango en cuyo título se resume la estrategia que Hipólito Irigoyen desplegó durante casi 30 años hasta lograr la sanción de la ley que aseguraba comicios limpios, voto secreto y universal. Me refiero al tango de Ernesto Parente titulado Abstención que lleva, en su partitura, esta dedicatoria: Al diputado Herminio J. Quirós, por la juventud radical de Concordia, Entre Ríos
“El radical”, de Angélica Martegani, dedicado a la juventud radical.


Notas
(1) Adviértase que escribo gestación y no nacimiento. Entre la gestación y el nacimiento de la criatura humana han de transcurrir nueve lunas. ¿Cuántas hubo de ver el Río de la Plata desde la concepción hasta el alumbramiento del tango?. Hay razones históricas como sospechar que la gestación del tango comienza junto con el fin del régimen rosista en 1852 y culmina con el alzamiento de Tejedor en 1880. Tres agitadas décadas de maceración habría tenido la concepción del tango. Fue un tiempo de plurales transformaciones. Buenos Aires vivió un renacer localista imbuido de viejos orgullos y de nuevas ambiciones. Los estudiosos coinciden en ubicar la aparición del primer tango en el último cuarto del siglo anterior, cuando en medio de ese proceso, Buenos Aires comenzaba a recibir las primeras inmigraciones y el país todo pugnaba por su institucionalización definitiva. Esta tesis la he desarrollado en un trabajo que titulé Viaje alrededor del tango pendiente de publicación.

(2) Elias Cárpena. Narrador y poeta argentino (1897-1988) Sus obras fueron de tonos costumbristas, ligadas siempre al criollismo aledaño a la ciudad de Buenos Aires. Entre ellas se destacan El romancero de Pedro Echagüe, El doradillo, El cuatrero Montenegro, Ese negro es un hombre.

(3) Hipólito Yrigoyen ingresó a la Facultad de Derecho en 1874 en tiempos en que se desempeñaba como comisario de Balvanera. Existe una nota que le dirigiera al rector Dr. Vicente Fidel López solicitándole su matriculación en la que le expresa: “No tengo fortuna; la falta de recursos me ha hecho perder mucho tiempo; tengo muchas obligaciones y acaso mi porvenir dependa de la resolución de V.S.” En general sus biógrafos coinciden en que le faltó presentar su tesis para acceder al doctorado en derecho. Según una nota de Além a Dardo Rocha, Yrigoyen habría completado sus estudios de abogacía ya que le solicita para él “un puesto de auditor en la marina”. Por su parte Carlos Pellegrini le daba públicamente el trato de “doctor”, lo que atestiguaría su condición de letrado.

Un personaje del pasado trenquelauquense

Los tanguitos que dejó de Gárate

Tenía 23 años cuando llegó a Trenque Lauquen, desde San Nicolás, su ciudad natal. La mano de la partera lo había depositado en este mundo cuando corría 1883. José María de Gárate, venía con el ostentoso título de tenedor de libros, alguien indispensable a la hora de acomodar números en las contabilidades de los comercios, mucho antes que las aulas universitarias comenzaran a diplomar contadores públicos. Trabajó en el almacén de los hermanos Castella y después en otro comercio de ramos generales: la Cooperativa Gremios Aliados, en Villegas y Oro, luego consumida por el fuego. Eran tiempos más que difíciles. Por las noches, de Gárate se estiraba sobre el mostrador, y allí pernoctaba hasta la mañana. Dormía mal, y comía peor, muchas veces con sólo una lata de sardinas que le proveían sus patrones.
Toda esta sucesión de datos regresan del pasado, y hasta del olvido, en el relato de su única hija sobreviviente Delia Aurora de Gárate de Zulberti, que cuenta detalles insospechados de la vida de este hombre, a quien sobre todo se lo conoce por haber dejado escrito “Retazos de historia”, un tramo de nuestro pasado como pueblo hasta 1936. Su existencia, sin embargo, se nutre de apasionantes capítulos, que se hacen necesario desentrañarlos en el futuro con más amplitud.

3 Polifacético
En una vertiginosa sucesión de actividades, de Gárate fue cartógrafo, dibujante, autor teatral, músico y compositor de al menos dos tangos, un vals y una milonga, todas editadas, y cuyas partituras se conservan en manos de su hija, depositaria actual de sus recuerdos y objetos, entre ellos la guitarra, cuyas cuerdas acometía con frecuencia, dándole la inspiración para proveer de vida a nuevas melodías.
En sus últimos años, de Gárate fue inspector de La Primera, siendo el creador de su logo, como anteriormente el de la acreditada tienda Los Vascos. También dibujó un enorme mapa de la República Argentina, que sirvió para publicitar a la compañía de seguros local, además de un plano urbano y otro rural del partido de Trenque Lauquen. A la par, escribía febrilmente obras de teatro a las que denominó “Corazón roto”, “Placer de olvidar”, “Nunca más“, “Se rompió el nido” y “Canción de olvido”, entre otras, todas representadas en nuestra ciudad, en la provincia de La Pampa y alguna de ellas en el Teatro Nacional de la Capital Federal.
El 8 de mayo de 1938, de Gárate se hallaba en Pergamino, en su calidad de inspector de La Primera. Allí falleció, a los 55 años. Su temprana muerte no reparó en que aún le quedaban ideas para seguir proyectándolas.

Compositores trenquelauquenses

Dino La Gamma, tangos para
el intendente y los municipales

No fueron pocos los trenquelauquenses que tuvieron la inspiración de compositores. De una extensa lista elaborada por Paco Aznárez, extraemos hoy el nombre de Dino Adar La Gamma, que la memoria de su hija Ana y el testimonio de Roberto Aguilera, ayudan para reconstruir su pasaje por este mundo. Su hermano Carmelo, que posteriormente se radicó en Montevideo y que fuera discípulo de Almafuerte, lo introdujo en los secretos del piano, el instrumento al que le dedicó su trayectoria de músico, pero que no fue lo único que lo vinculó al arte.


Su hija lo recuerda como un hombre culto, que leía bastante, amaba el cine y oía frecuentemente música clásica y de jazz, de la que poseía una enorme colección de discos, en la que se mezclaban tanto Verdi y Wagner, como Gershwin y Glenn Miller . También lo pinta como un hombre callado, de bajo perfil, como modernamente podría definirse. Muy joven ocupó el cargo de Secretario en la Municipalidad, y de ésa época, son sus primeras obras, cuyas partituras aún se conservan: el tango para piano “Don Felipe”, que con admiración dedicó precisamente al intendente radical Felipe Arrastúa, que ejerció dicho cargo durante los períodos 1922/25 y 1928/29, además de lo que identificó como “tango catalanesco” y bautizó “El movimiento continuo”, con dedicatoria para su amigo Marcelo Fernández, una pieza en la que pretendió reproducir el apuro de los empleados municipales para abandonar el edificio al término de su jornada laboral.

3 Con la Laguna
Al concluir su función en la comuna se radica en Pellegrini, alquilando la sala cinematográfica del Teatro Español. No sólo se limitó a ser empresario. Entonces - alrededor de 1935 - se habituaba a que en los intervalos de las películas, la animación corriera por cuenta de un número vivo. Allí aparecía La Gamma integrando con su piano un trío que completaban el bandoneonista trenquelauquense Guido Marchesi, y el violinista pellegrinense Santiago Zugasti.
Al retornar a Trenque Lauquen se incorpora al legendario conjunto orquestal “Los de Laguna Redonda”, conducida por el violinista Camilo Agata, en el que compartió atriles con Antonio Citarella y Esteban Bellagamba, ambos ejecutantes del “fueye”, el violinista Carlos Barrenengoa, y el cantor y locutor Luis Odriozola, entre otros, formación que abandona en 1946. Paralelamente a su actividad artística, se desempeña en la compañía de seguros “La Primera”, en la que se jubiló, y atiende la contabilidad de algunos comercios, como tenedor de libros.

3 Otras obras
Amante de la música creada por el pianista Enrique Delfino - el célebre autor de Milonguita y Griseta - su labor de compositor se extiende en el tango para piano “Décimas”, que dedica “A mi amigo el profesor de música N.Américo Lamédica”. La inscripción de un sello en el frente de la partitura expresa: “Venta a beneficio del Club Atlético”, la institución del Parque con la cuál simpatizaba.


Además le pertenece “Cherchez la femme” (de su traducción del francés, buscar la mujer), un vals Boston, llamado así porque reunía ciertas características de las que fue dotado en la ciudad norteamericana de ese nombre, y escribió la música de “Chau Nolo”, un tango dedicado a Nolo Ferreira, el notable delantero local que brilló en Estudiantes de La Plata y la selección argentina, cuya letra - de la autoría de Felipe Azpiróz - constituía la despedida del futbolista que viajaba a Amsterdam para participar de las Olimpíadas. La vida de Dino La Gamma se extingue el 7 de junio de 1977, en ésta, la misma ciudad en la que había nacido hacía 76 años.

Partituras y
dedicatorias

La portada de una coloreada partitura resalta su título: “Cariños”. Debajo, el dibujo de una mujer que denuncia un rostro enamorado y una mirada clavada en un surtido de flores, entre las que se lee: “Vals sentimental para piano”. En la parte inferior, el nombre de los autores: José M.de Gárate y D.A.La Gamma y en la superior una dedicatoria, tal cuál era costumbre entonces: “Dedicado a los hijitos del señor José Grippo, Norberto y Nelly”, dice.
Es una de las creaciones de de Gárate, a la que le sucede “La galleta”, definido como tango criollo para piano que dedica “al señor Francisco Vignau”, al parecer con una connotación humorística, que ya deja trascender el dibujo de la carátula, una enorme horma de queso a la que le falta una porción, con un cartelito que reza: “queso municipal” y sobre él, libros de inventario, cuentas corrientes, y diario, enlazados por un cordón que termina en una tarjeta circular con la inscripción: “galletitas radicales extra especiales”. Recordemos que Vignau adhería al radicalismo, siendo comisionado municipal en los años 1917/18 e intendente en el período 1920/21. En la parte inferior se menciona: “En prensa, del mismo autor: “El churrasco” – Tango-milonga”.


Otra de las partituras que exhibe Delia, de la autoría de su padre, es otro tango para piano, que bautizó “El flirteo”, y ofrece “a mi estimado amigo Luciano D.Palumbo”. Finalmente, aparece una totalmente manuscrita, que data de 1917, bajo la denominación Marcha “Nuestra Bandera”, con letra de Alcira Echevarría y música de Juan Jovés, que tiene una doble dedicatoria: al club Porteños Unidos y “al amigo José M. de Gárate”.


La Revolución del Parque es referida en los tangos "Al Parque" (J.V. Pini), "El Parque" (Pedro Datta) y en la marcha "El Parque" (Alpidio B. Fernández). En homenaje a la Unión Cívica y a la Unión Cívica Radical, fueron compuestos los tangos "Unión Cívica" (Domingo Santa Cruz), "Unión Cívica" (Pedro Sofia), "El radical" (Angélica Martegani), "El radical" (Luciano Ríos), "U.C.R." (Adolfo Pérez) y "Boina blanca" (Raimundo Chartier). Rafael Rossi fue el autor de "Don Leandro" en homenaje al caudillo de Balvanera. Udelino Toranzo compuso "Cantilo–Solanet" dedicado a José Luis Cantilo y Emilio Solanet, que fueron gobernador y vicegobernador de la provincia de Buenos Aires. "Elpidio" fue compuesto por Paz Hermoso en recuerdo de Elpidio González.(2)


Enrique Maroni compuso el tango "Hipólito Yrigoyen" y Alfredo Eusebio Gobbi dedicó al caudillo radical "Otra vez el viejo", en el que también se nombra a Leandro N. Além. "...Cuando a Yrigoyen lo embalurdaron..." recuerda Héctor Méndez en "Yo soy del 30".


A Alfredo L. Palacios fueron dedicados los tangos "Espiante que viene Palacios" (Silvio Di Pascual), "El socialista argentino" (Luis Loiello), "El socialista" (Juan Mallada), "El diputado" (Armando Maristany). "Barullo en la barra", de Juan Marini, se refiere a una discusión entre Palacios y Oyhanarte en la Cámara de Diputados. Antonio Lagomarsino dedicó el tango "El socialista" a Enrique del Valle Iberlucea, el primer Senador socialista de América.(3) Manuel Ugarte compuso "Recuerdo de carnaval".
Manuel Solano y Juan Augusto fueron los autores de "Don Lisandro" y Ernesto Zambonini de "El Demócrata Progresista"(4).
La Revolución del Parque es referida en los tangos "Al Parque" (J.V. Pini), "El Parque" (Pedro Datta) y en la marcha "El Parque" (Alpidio B. Fernández). En homenaje a la Unión Cívica y a la Unión Cívica Radical, fueron compuestos los tangos "Unión Cívica" (Domingo Santa Cruz), "Unión Cívica" (Pedro Sofia), "El radical" (Angélica Martegani), "El radical" (Luciano Ríos), "U.C.R." (Adolfo Pérez) y "Boina blanca" (Raimundo Chartier). Rafael Rossi fue el autor de "Don Leandro" en homenaje al caudillo de Balvanera. Udelino Toranzo compuso "Cantilo–Solanet" dedicado a José Luis Cantilo y Emilio Solanet, que fueron gobernador y vicegobernador de la provincia de Buenos Aires. "Elpidio" fue compuesto por Paz Hermoso en recuerdo de Elpidio González.(2)
Enrique Maroni compuso el tango "Hipólito Yrigoyen" y Alfredo Eusebio Gobbi dedicó al caudillo radical "Otra vez el viejo", en el que también se nombra a Leandro N. Além. "...Cuando a Yrigoyen lo embalurdaron..." recuerda Héctor Méndez en "Yo soy del 30".
A Alfredo L. Palacios fueron dedicados los tangos "Espiante que viene Palacios" (Silvio Di Pascual), "El socialista argentino" (Luis Loiello), "El socialista" (Juan Mallada), "El diputado" (Armando Maristany). "Barullo en la barra", de Juan Marini, se refiere a una discusión entre Palacios y Oyhanarte en la Cámara de Diputados. Antonio Lagomarsino dedicó el tango "El socialista" a Enrique del Valle Iberlucea, el primer Senador socialista de América.(3) Manuel Ugarte compuso "Recuerdo de carnaval".
En homenaje a otros militantes del radicalismo:“Del Grosso”, gran tango milonguero, de Ernesto Zambonini «Dedicado a los correligionarios del subcomité radical Coronel Martín D. Irigoyen, sección 5ª, a su digno presidente Rodolfo C. Del Grosso».
“Abstención”, de Ernesto Parente —«Al diputado Herminio J. Quirós, por la juventud radical de Concordia, Entre Ríos».
“El radical”, de Angélica Martegani, dedicado a la juventud radical.
“U.C.R.”, de Adolfo Pérez "Pocholo". Compuesto en 1958, durante la presidencia de Arturo Frondizi.
“El radical”, de Luciano Ríos —«Dedicado al Sr. Ambrosio Lisarralde».
“Boina blanca”, de Raimundo L. Chartier —«Dedicado al Jefe del Partido Radical Dr. Hipólito Irigoyen».
“La 13 de fierro”, tango milonga de Pedro de Toro —«Dedicado al distinguido patriota, ciudadano Sr. S. Mieli». Marzo 23 de 1914.

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