domingo, 24 de febrero de 2008

FASCISTA DE ALDEA ATACA A ALVEAR Y UN RADICAL LE REPLICA


El Dr. Alvear en plena campaña en San Juan, peligroso feudo cantonista, en 1938,extraída de Internet

a) El agravio a la memoria de Marcelo T. de Alvear :


EL DIARIO, Año 13 Edición Nº 4034 Paraná - Entre Ríos - Argentina - Jueves, 21 de Febrero de 2008 -

Poder y negocios: una persistente sociedad


La renegociación de las concesiones eléctricas de la ciudad de Buenos Aires fue uno de los grandes escándalos de la llamada “Década infame”, iniciada para quienes así la han calificado, el 6 de septiembre de 1930, que quedó indeleblemente grabada en la memoria colectiva, llegó a salpicar a insospechados políticos, no solamente del oficialismo sino también de la oposición, habiendo sido nuevamente puesta de actualidad durante los años 60/70 como ejemplo de lo pernicioso del capital extranjero.Hacia 1935 el servicio de electricidad de la ciudad de Buenos Aires era prestado por dos empresas: Chade y Ciade, siendo objeto el mismo de críticas por su excesivo costo, extensiones no autorizadas, instalaciones peligrosas, entre otros problemas.



Haciéndose eco de esas críticas las empresas ofrecieron una rebaja en las tarifas, a cambio de la prórroga de las concesiones, que vencían en 1957 y 1962, por 25 años a partir de esas fechas, renovables por otros 25, constituyendo en esto último supuesto una sociedad mixta con la Municipalidad.A diferencia de la mayoría de los hechos de corrupción, que se revelan retrospectivamente, dice Halperín Donghi, todo el proceso de renegociación de las concesiones fue expuesto al público, con campañas periodísticas que anunciaban lo que se estaba organizando y los resultados previsibles.Finalmente el Concejo Deliberante aprobó las ordenanzas el 23-12-1936, con los votos radicales y oficialistas, habiendo abandonado el recinto los socialistas: la prórroga fue para la Chade hasta 1972 y para la Ciade hasta 1977, con posibilidades de continuar, en sociedad con la Municipalidad hasta 1997 y 2002, respectivamente.






La explicación de las razones del voto radical es compleja. Halperín Donghi considera que Alvear, que se sabía el jefe de la oposición y que como tal quería competir en las próximas elecciones necesitaba recursos para ello y “puesto que no había ninguna razón para no recurrir en busca de financiación al mundo empresario, la renovación de las concesiones eléctricas ofrecía una excelente oportunidad para recabarla de las empresas interesadas en que ésta llegase a buen puerto”. Apoyo que necesitaría aún más para gobernar en el caso de triunfar. (1)






Estas concesiones fueron ampliamente cuestionadas, y en 1943 se constituyó una comisión destinada a investigar las dos ordenanzas, integrada por el coronel Matías Rodríguez Conde, el ingeniero Jorge A. Sábato y el Dr Juan Pablo Oliver, cuyas conclusiones fueron lapidarias en cuanto a la ilegalidad de las mismas y que la renovación agravó los problemas. Se redactaron dos volúmenes en 1.000 ejemplares. Sin embargo, éstos no llegaron a darse a publicidad, puesto que por órdenes superiores fueron secuestrados y destruidos en 1945. Recién y conforme a los vientos que soplaban en los setenta, fueron publicados por Eudeba en 1974. (2)Sin embargo, como lo destaca Scalabrini Ortiz las conclusiones de aquel informe fueron terminantes y para defenderse ante el mismo, la CADE “se hizo justicialista”, comprendiendo súbitamente la gravedad del problema social argentino. “Se dice que ayudó a la elección presidencial de 1946. Se dicen muchas cosas... pero lo indudable es que el informe del coronel Rodríguez Conde no se dio a publicidad” (3)Félix Luna, que trata extensamente el tema, considera que será el lector quien “juzgará cuál es la verdadera fisonomía de Alvear, o si ella no representa ni al Quijote ni al hombre comprometido sino, simplemente a un político que cometió el error de mediatizar sus fines con recursos deleznables y peligrosos”, no beneficiándose personalmente con los sobornos que distribuyeron las empresas, pero aceptando dinero para afrontar los gastos de la campaña de 1937. (4)






Nuestra sociedad no pudo escapar al modelo de una dependencia recíproca entre Estado y gobiernos débiles y los sectores corporativos; el primero necesitaba el respaldo de los segundos, dueños de la capacidad de demanda y el poder de veto, por un lado y estos últimos necesitaban de los recursos materiales e institucionales que podían obtener del Estado: “En esencia redes de protección monopólicas con las que se descargaban difusamente los costos de aquellos compromisos sobre el resto de la sociedad, reproduciéndose un esquema de acumulación con bajo horizonte de crecimiento”, que se acentúo y consolidó en la década peronista y que no ha podido ser superado. En síntesis: la protección comercial y la asistencia financiera estatales al empresariado se volvieron crónicas, y el esquema creaba las condiciones para su autoperpetuación, con la consecuencia del escaso dinamismo económico. (5)Sin entrar a considerar su legalidad, que la Justicia está investigando, en estos tiempos se continúa con esas prácticas y a partir de prorrogas de concesiones petroleras, iniciadas en la provincia de Santa Cruz en 2007, con la “Pan American Energy”, contrato que diez años antes de vencer, se prorrogó hasta 2027. Posteriormente se efectuaron renovaciones en similares términos en Chubut.






Más publicidad tuvo la reciente prórroga, mediante decreto nacional 1851/2007, de fecha 05-12-07, de la concesión del Hipódromo de Palermo, que vencía en 2017, y fue renovada por 15 años, a partir de esa fecha.Por cierto que existen algunas diferencias. En 1930 se trataba de capitales extranjeros, que venían en búsqueda de la mayor ganancia y compraban las voluntades necesarias para ello. Hoy se trata en gran parte de la riqueza producto del trabajo de los argentinos, que por intermedio del laberíntico mundo de decretos de necesidad y urgencia, delegación de facultades legislativas, fideicomisos, subsidios y quién sabe cuántos más mecanismos que ignoramos, termina en manos de la nueva burguesía nacional, que no sólo resulta beneficiada por el gobierno sino que también parecería ser socia del mismo.






NOTAS:(1) HALPERÍN DONGHI, TULIO. LA REPÚBLICA IMPOSIBLE (1930-1945). ARIEL. BS. AS. 2004. PÁGS. 199/204.(2) EL INFORME RODRÍGUEZ CONDE. INFORME DE LA COMISIÓN INVESTIGADORA DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS DE ELECTRICIDAD. EUDEBA. BS. AS. 1974. (664 PÁGS).(3) SCALABRINI ORTIZ, RAÚL. BASES PARA LA RECONSTRUCCIÓN NACIONAL. PLUS ULTRA. BS. AS. 1973. T.2. PÁGS.271/272. (4) LUNA, FÉLIX. ALVEAR. LIBROS ARGENTINOS S.A. BS. AS. 1958. PÁGS. 196/221.(5) PALERMO, VICENTE-NOVARO, MARCOS. POLÍTICA Y PODER EN EL GOBIERNO DE MENEM. NORMA. BS. AS.1996. PÁGS. 35/48.


B) LA RÉPLICA

"EL DIARIO" Año 13 Edición Nº 4037 Paraná - Entre Ríos - Argentina - Domingo, 24 de Febrero de 2008 -






El presidente Alvear

Por Enrique Pereira (*)






A veces, no pocas, circulan infamias que las repiten, las más de las veces, personas que no creen en ellas, salvo que sufran alteraciones importantes. Una de ellas, la clásica, es esa canallada antisemita de los “Protocolos de los Sabios de Sión”.






Otra, más o menos en el mismo andarivel ideológico, es la inventada participación del doctor Marcelo T. de Alvear en el negociado —que existió— de la Cade o Chade. Pero fueron los fascistas los que hicieron desaparecer los documentos, no los radicales.






COSA DE LOCOS. Ahora bien, si alguien quiere hacer un ensayo sesudo sobre la corrupción en la Argentina, el mero acto de elegirlo a Alvear como prototipo, es realmente, para denominarlo amablemente, una cosa de locos.Quien se moleste en repasar la vida pública y privada de Alvear sabe muy bien que siendo un “niño bien” de la más alta sociedad porteña, desde muy joven se arrojó de corazón y para siempre al servicio del pueblo, de la libertad, desde la trinchera de la Unión Cívica Radical. Que muchas veces, desde el 90, puso su vida en peligro, que fue siete veces heredero millonario y otras tantas gastó esas fortunas en la vida cívica, sosteniendo campañas con su dinero. ¿Eso lo hace un coimero?Es sabido que más de una vez sufragó de su peculio los gastos que demandaron recibir a una personalidad extranjera, cuando esos gastos superaron lo estipulado. Con un decreto bastaba, pero Don Marcelo no lo firmaba. Sacaba su billetera, no para comprar voluntades, sino para pagar deudas del Estado.




MALA PRENSA. Durante su gobierno, YPF —que era argentina y la comandaba Mosconi— construyó, para hacer hocicar a los actuales detentadores de YPF o sus imitadores, la Destilería de La Plata y absolutamente nadie dudó de la cristalina conducta de Alvear y de Mosconi.A Alvear le hicieron mala prensa los fascistas, los franquistas y los nazis.




Lo atacaban, rabiosos, algunos de sus viejos compañeros de “clase” por haberse casado con una artista, encima extranjera y sin antepasados “nobles”. Era la oveja popular de una casta que se creía superior y que, en alguna medida, era simplemente sirviente de las grandes empresas que lo odiaban, como lo odiaban a Don Hipólito Yrigoyen, que lo designó, mas de una vez, su sucesor.




UN HOMBRE DECENTE. Pescar cuatros chismes al voleo, rumores llevados irresponsablemente al libro, no desfigura la imagen decente, austera, de un millonario que por andar en política murió casi pobre. Hemos leído el aviso del remate de su casona de Mar del Plata. Hemos visto a Don Arturo Illia visitando, allá en 1964, la modesta casa de Don Torcuato en la que vivía, muy anciana, su viuda, Dona Regina Pacini, quien fue despreciada por esa sociedad hueca y antinacional.




Por esos 700 pseudo aristócratas que le enviaron un telegrama a Portugal “ordenándole” que no se casara con ella. ¡Atrevidos, indignos y discriminadores!Para los que no tienen la menor idea de los sacrificios de este gigantón terco, inteligente y a veces gritón, que nació y murió en el seno de un mismo Partido, que no giraba como un trompo en búsqueda del sol que más calienta, atacarlo no tendrá importancia.




Pero el que lo hace alevosamente es obvio que cumple un mandado que Dios sabrá de dónde le surge: el de tratar de derribar a seres ejemplares y paradigmáticos, pues son —paradojalmente— un mal ejemplo para el encumbramiento de los sinvergüenzas. Además, quien sostiene eso, sostiene a la vez que los dirigentes radicales entrerrianos de ese tiempo eran beneficiarios de esas inventadas coimas. ¿Quién? ¿Laurencena? ¿Mihura? ¿Garay? ¿Santander? ¿Miguel Parente? ¿El profesor César? ¿Roberto Lanús?...




Es sencillamente una locura que para describir las miles y miles de inmundicias de la bien llamada década infame en que se sembraron de mártires radicales asesinados en las campañas que Alvear conducía, por el hecho de ser radicales, se ensucie su digna vida. Es alevoso y es injusto.






(*) Afiliado Radical

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